Feliz cumpleaños

Nos alegramos por el bebé que crece sano y fuerte :-)

Nos conocimos en su segundo curso, que para mi fue el primero con Ibán Yarza:

Panadero casero

+ felicidades que nunca!!!

una cuevita de pan

... erase una vez un ser dulce y amigable, que decidido a construirse un refugio a su medida y deseo, a esa labor dedicó, sin saberlo, los últimos instantes de una honrada existencia.
Fue buscando con gran esmero, de entre aquellos posibles, los mejores materiales.
Después de mucho pensar y de mucho analizar, al polvo de cemento, que todo el mundo o casi lo valoraba como más seguro, prefirió el de harinas variadas: trigo y centeno, espelta y un soplo de avena, satisfaciendo con sabrosa delicadeza, ese ideal de espacio y lugar donde en paz transcurrir los retales de aquel tiempo que siempre corto el destino nos repara.
Una casa que oliera bien, que fuera tierna y acogedora, de la que llegado el caso o la necesidad hasta pudiera alimentarse.
Una cuevita de pan, donde dormir y soñar.
Una cuevita de pan donde soñar, amar y descansar.
Y fue así que un día el ser dulce y amigable, concluido el trabajo, se durmió convirtiéndose sin querer ni saberlo en una sabrosa merienda.

Risotto vacía nevera

Il risotto es uno de aquellos platos que animan a los fantasiosos a probar, inventar, puede que al principio estrellarse, pero al poco de insistir se pilla el truco y no es difícil saber cómo hacer para que el resultado siempre sea un éxito.
Es frecuente preparar un risotto mirando lo que hay en la nevera y en base a lo que hay mezclar.
Un risotto sale mejor con un arroz que absorbe sabores, pero este finde estaba despistadillo (no me di cuenta que teníamos en la despensa un kilo de arroz bomba), así que utilicé - cometiendo un grave sacrilegio! ya lo sé - un arroz de los que no se pasan, uno que trajimos este verano de mi tierra y que utilizamos, más correctamente, para deliciosas ensaladas frías de arroz y verduras.

Con un pequeño truco: esperar un poco más de lo común, antes de añadir el caldo, y dejarlo cocer algo más, unos 25 minutos, con reposo final de otros 5 se arregló la cosa.
Vamos por orden.
Era el cumple de mi mayorzona y el viernes me pidió para el día siguiente un plato de los que mis hijas llaman románticos. Denominación que tiene origen de una definición de Violeta de las que quedan en la historia familiar para siempre.
Una vez, intentando definir como cocinaba su padre, no le salía un adjetivo adecuado, hasta que dio con romántico. Cocina romántica refiriéndose al cuidado de la presentación, más que al gusto. O quizás a las dos cosas, pero bueno, tampoco se trata de presumir más de lo que ya presumo. Perdonen mi descarada falta de modestia :-)

Así que Paloma pidió por sus 14 un plato romántico, especificando que tenía que ser un risotto "de los

que hace papi". Las babas empezaron a invadir el salón... Me fui rapidito a la cocina y manos a la obra.

En el congelador guardaba una bolsita de funghi porcini, boletus (ceps en catalán) y la puse inmediatamente en remojo, con mucha agua (más o menos 40 gr. de setas y 2 litros de agua) añadiendo una pizca de pimienta, para evitar que fermentaran por el calor de la calefacción, como me pasó una vez, con gran disgusto...

Si los boletus están en remojo 24 horas, mejor que 20. Si tuvierais poco tiempo el truco de ponerlos unos minutos a hervir no está mal, pero como siempre, en cocina la paciencia es buena compañera (y consejera).

La mañana siguiente, sobre las doce y media, corté un calabacín en daditos de menos de un centímetro, mientras en una cacerola de 30 cm. de diámetro, rodeados de unos 2 milímetro de AOVE se doraban dos ajos aplastados: skrach!!

Cuando desde el aceite emana un olorcito potente a ajo, venga!! Los calabacines a la cacerola, fuego alto. Remuevo y remuevo, cuando están a punto de pegarse un vaso de cava, splash, sale el vapor con potencia, qué gusto, qué ruidito más agradable y que espumita... remover y remover.
Mientras he cortado un par de salchichitas frescas (siempre tenemos algunas en el congelador) en trocitos pequeños y estas también al mejunje.
Unos minutillos que de tiempo de sacar los boletus del agua con un colador con mango.

El colador con mango es el elemento básico para que kualquier risotto salga perfecto. Recordad, en una cocina, si no hay por lo menos un colador con mango no hay posibilidad de llegar a ser grandes cocineros. En definitiva, quiero decir que si no tenéis un colador con mango apañarosla cómo podáis, y ya está, no pasa nada. Pero no tiréis, ni desperdiciéis en la operación colar las setas ese precioso líquido donde navegaban las susodichas!! Este punto, sí que es básico para que el sabor del risotto sea intenso y delicioso. Por que además el agua ya ha atufado toda la casa, tanto que el risotto, la camisa y hasta los colchones de la habitación (si no habéis tenido la precaución de cerrar bien cerradas las puertas) os sabrán a porcini aunque no metáis ni pizca de setas en la recordada cacerola :-)

Bueno, estábamos en que colados los porcini los puse encima de una tabla y con un cuchillo bien afilado zac zac los reduje en trocitos pequeños, y también estos olé a la cacerola, blup blup blup van reblandeciéndose con calma.  Añado sal, pimienta negra, y otra copita de cava.
A los pocos minutos bajo la llama, añado un poco del agua oscura y tenebrosa, aquella donde hasta hace unos minutos se rehogaban los porcini y que os han atufado el piso, como ya hemos repetido hasta el aburrimiento (lo siento, es que soy muy sensible a los olores...).

Tapo y a esperar, mezclando de vez en cuando!!

En principio con esto habría más que de sobra para que te saliera un risotto coi fiocchi, que en italiano quiere decir rico rico. Ni se os ocurra poner en el traductor de Google un risotto coi fiocchi ya que la traducción que os sale es: "un risotto bofetada"
¿qué será esta cosa?
¿y quién me mandará a mi? que soy italiano y no necesito de traductor para saber qué significa un risotto coi fiocchi hacer copia y pega en el traductor de moda entre los incultos... bien empleado me está por meter a prueba los recursos gratuitos de la red mundial: bofetada merecida.

Ahora tendré que buscar la receta del risotto bofetada, que seguro es mejor de mi risotto coi funghi...
Vale, vale, la buscaré después y ya os contaré en un próximo post, que seguro no leeréis nunca por que me enrollo como las persianas en estupideces. Pero algo hay que hacer para matar el tiempo, hasta que llegue el momento de echar el arroz.
He hecho cositas:
Añadido agua a la de los porcini, y puesta a hervir con dos cubitos para caldo de verdura, de los ecológicos, eh!! Los que tienen muy poquita sal y no tienen potenciador de sabor (glutamato), ni otras porquerías que hacen que todos los platos salgan deliciosos hagas lo que hagas.
En mi casa: no-valen-trucos-baratos!

También he ido mirando si había algo interesante en la nevera, y efectivamente he encontrado un taper pequeñito con un poco de pollo con zanahorias, cocinado unos días antes y alaaaaa a la cacerola también :-)
Calculando que queda tiempo he aprovechado del mismo para meter unas berenjenas en una sartén, primer paso para  las melanzane al funghetto (receta que así se llama, aunque de funghetti no tiene na' de na'. Cosas más raras se han escuchado en el mundo cocinita.

Además en una olla a presión he soltado dos lubinas, una cabeza de rape con puerros, tomate seco, ajo, apio para preparar un caldito de pescado para mañana (¿una posible fideuá? ya veremos).
Dado un par de meneos a un pan de semillas ¿o era una chapata? Es que hice 4 o 5 tipo de pan y no estoy muy seguro....

Ido a buscar las niñas al cole, tendido la ropa, cargado la lavadora, planchado unas camisas... ah, no, perdón este último fue otro día, ayer fue sábado y hoy es domingo, creo que me estoy confundiendo...

Blup, blop blup chof blup, eso es lo que he hecho en realidad y principalmente, hacerle caso al risotto, escuchar el suave sonido burbujeante del sabroso preparado (de paso le he añadido un poco más de sal, en contra de toda oportuna y saludable conveniencia...  De vez en cuando incorporando un poco de ese caldito arriba descrito.
Entre pitos y flautas se han hecho las 13 horas y 30 minutos, que también si mal no recuerdo puede decirse la una y media.

Toca al arroz.

Se echa el medio quilito a la cacerola. Ahora sí que es fácil que se pegue, pero yo tengo muuucho cuidado ya que prácticamente quiero freír el arroz, sin casi líquido, y hay que dar vueltas con energía pa' que no se pegue todo. Venga a dar vueltas. Me duele el tendón de la muñeca derecha... más merito ¿no?
:-)

Unos minutos, 3 o 4 si se puede resistir a la tentación de salir de ese entuerto inundando de caldo la cacerola. Pues NO!!
Hay que añadir poco a poco y dar vueltas.
Así para unos veinticinco minutos, por culpa de mi torpeza, ya que si hubiese encontrado el arroz bomba, con 15 hubiese sido suficiente.
100 gramitos de parmesano rallado esperan su turno. Apago el fuego, cierro el gas, rapidito el queso y mezclado y a tapar eso! rápido, ya.
En los 5 minutos sobrantes se pone la mesa. Un rosadito fresco está muy bien, y por supuesto un tinto.
Y: a la mesaaaaaa!!!

Feliz cumpleaños Paloma :-)
y buen provecho.

PD

El risotto ha salido buenísimo :-)

Pan, notas y emociones

los panarras, panaderos caseros, amantes del buen pan, cada una de estas cosas, todas y algunas más, disfrutamos de la harina, del agua, de las manos pringosas, de los cambios de lo que tenemos entre dedos. En una palabra disfrutamos.
Pero también sufrimos. Tenemos ideales e ilusiones, sueños. Soñamos con panes sabrosos, bonitos, perfectos, aparentes. Soñamos con los ooohhh de la familia y de los amigos. Esperamos esas bocas que se comen nuestros panes, y masticando contagian sonrisas y placer. No paramos inventando, probando, trasteando, cambiando. Nos arrepentimos de habernos saltado un paso de la receta, pero a la primera ocasión nos saltamos dos.
Al mismo tiempo buscamos maestros, buscamos compartir gozos y diluir el dolor de un fracaso con otros que han vivido y viven nuestras mismas emociones y obsesiones.
Amamos la libertad y el riesgo.
Tenemos báscula de precisión extrema y llenamos el bol de harinas de mil tipos, tenemos una hoja pegada a la pared con cálculos de gramos y mililitros, mas guiándonos con nuestra supuesta inspiración destrozamos una y otra vez la mejor receta.
A veces, ese destrozo creativo nos llena de gozo.
Probamos cosas. No nos rendimos si algo sale mal. Aunque a menudo, por eso del compartir, necesitamos de alguien que nos anime.
Nos lanzamos a la lectura y visión de blogs, twitter, facebook, instagram y un par de decenas de recursos más donde darnos un chapuzón de amistades panarras. Qué gustito.
Y tenemos gurus.
Gurus cuyas miradas, manos y textos nos levantan la moral cuando algo no sale como esperábamos o debería. Por que nos dicen que sí, no olvides que también puede salir muy bien. Si no te rindes.
Para darnos una inyección de energía hurgamos en el pozo sin fondo del Foro del Pan, admiramos la sencillez de Te quedas a cenar, qué trabajazo y estupenda actitud hacer que las cosas complicadas sean sencillas. Sabes que los maestros que no dudan en compartir sus secretos, son los mejores y volamos en Panarras.com, en la Cocina de Babette... seguimos unos cuantos (cientos) de panarras en Twitter.

Ya os digo: este post lo voy a modificar a menudo, cada vez que encuentre algo que merece. Se aceptan sugerencias!!
Voy a oler una masa que hice ayer, está en la nevera desde hace unas 18 horas.
Se merece un poco de calorcito ¿no?

Música y pan.
#lavidaesbella
disfruta de ella.

Escucho Jon Schmidt
Veo las fotos de la home de http://www.lacocinadebabette.com/
y ... muchas más cosas!