lunes, 23 de febrero de 2009

Slumdog Millonaire


Cualquiera se atreve a hablar de esta película ahora que ha ganado no sé cuantos Oscars.
Bueno 8, ya lo sé, y de los mejorcitos.
Esta mañana he oído a Alex Gorina en la radio hablar de una película tramposa... no lo sé, pero el cinema que me gusta es el que me sabe engañar, haciéndome entrar en la historia.
Seré muy credulón, pero me ha gustado creerme la historia.
Credulón no sé si esta palabra existe, es una italianada, pero se entiende, es alguien que se lo cree todo.
Me lo creí.
Me creí las atrocidades de la primera parte, insoportables, con mi mujer que me decía vámonos, vámonos. Me las creí por que son una parte de la verdad.
Y me créi ese sueño final del bien que triunfa, después de muchas víctimas, claro, pero triunfa, hasta con el bailecito final.
Por que para el final infeliz fuera de la puerta del cine hay más que de sobra.
En definitiva una peli que no sólo se deja ver, si no que aconsejo veáis.
El cine estaba a tope, en la primera media hora la gente casi ni respiraba, todo el mundo pegado a su silla frente a las imágenes escalofriantes que circulaban por la pantalla.
Después la maldad se diluye, se hace soportable, empiezas a creerte que puede acabar bien.
Se agradece que el amor triunfe.
Que alguien se sacrifique por el bien de quién es evidente que se lo ha merecido, un premio a la cabezonería.

Una señora que estaba sentada delante, al levantarse dijo: ya sé donde ir en el próximo viaje.
Yo lo dudo, la verdad, que pueda hacer ese viaje pronto.
Demasiado duro, creo.
Tendría que mentirme o buscarme mentiras ingeniosas, para eso el cine.

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