Hoy hemos pensado de consolarnos, en esta larga jornada de lluvia, con algo rico rico de comer.
La receta, típica de la isla donde nací: Cerdeña, se llama Frégola con le arselle.
La Frégola es un un tipo de pasta de sémola de trigo duro, que se presenta como unas bolitas de pocos milímetros de diámetro.
Las "arselle" son almejas.
Ingredientes, para 5 personas:
1/2 kilo de frégola sarda
3/4 de kilo de almejas
abundante perejil
ajo
guindilla
tomate
aceite extra virgen
Las almejas se ponen en un cazo cerrado, junto con abundante ajo y perejil cortados finitos y una o dos guindillas dependiendo si os gusta más o menos picante.
Un chorro generoso de aceite, remover, tapar y a fuego alto unos pocos minutos, en cuanto se abren se apaga el fuego y se dejan tapadas.
A parte un sofrito de ajo y perejil y otra guindilla, cuando el ajo está a penas doradito se añade un bote de medio kilo de tomates naturales y se deja hacer a fuego medio unos 15 minutos.
Se sala a gusto.
Si hace falta se añade un poquito de agua para que la salsa no se quede demasiado espesa y seca.
Después se mezclan la salsa y las almejas y se apartan, siempre tapadas.
Hemos puesto en el fuego abundante agua salada.
Cuando rompe a hervir se echa la frégola y se deja hervir por el tiempo necesario, si la frégola es del tipo "grosso", que se aconseja, por lo menos 20 minutos.
La foto se ha realizado al final de la cocción, en este caso he utilizado para hervir la frégola 2 litros y pico de caldo de verduras y 2 litros de agua. Pero si utilizáis sólo agua saldrá bien igual.
Mientras hemos calentado el horno a 150 grados.
Guardamos una taza grande agua de cocción.
Y a los 20 minutos, como se ha dicho, se escurre la frégola.
La escurriremos rápido sin secarla demasiado y la échamos en una cazuela de barro del tamaño oportuno...
Añadiendo inmediatamente las almejas con la salsa de tomate y al horno otros 10 minutos o más, dependiendo de cuanto "al dente" se haya quedado la frégola.
Sacar del horno, se decora con un poco de perejín recién cortado y un chorro de aceite.
Buen provecho!!!
Hemos acompañado la Frégola con un Albariño muy fresquito.
Si el coronel decide huir de Trípoli y refugiarse en algún otro lugar, podría probar en Madrid. Ya tiene la llave de oro de la ciudad. Se la entregó Gallardón, en 2007, durante un emotivo acto en el que el alcalde elogió “los lazos históricos y culturales” que unen a ambos países. En ese mismo viaje, su primera visita oficial a España, también fue recibido por Zapatero y por el rey. Juan Carlos de Borbón incluso le permitió pasar revista a una compañía de la Guardia Real al tiempo que la banda de música interpretaba una marcha militar: “El viejo almirante”. La visita de Gadafi fue muy rentable para algunos. Las ventas de armas españolas para el ejército del dictador que hoy combatimos crecieron un 7.700 por ciento.
El rey devolvió el viaje oficial en 2009, acompañado, entre otros, por el verdadero jefe de la diplomacia española: el presidente de Repsol, Antonio Brufau. Zapatero repitió el homenaje hace menos de un año y se convirtió así en el segundo presidente del Gobierno español en pisar Libia. El primero fue Aznar, en 2003, y de aquella reunión quedó una bonita amistad, hoy olvidada. Aznar y Gadafi se volvieron a ver en 2007, en una cena privada en Sevilla. Probablemente, como en todas esas reuniones, hablaron del infinito respeto por los derechos humanos.
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Escolar.net
En aquel momento parecía una buena idea