martes, 2 de diciembre de 2014

Emily Dickinson - Coloquio

Coloquio

 Había muerto yo por la Belleza;
me cercaban silencio y soledad,
cuando dejaron cerca de mi huesa
a alguno que murió por la Verdad.

 En el suave coloquio que entablamos,
vecinos en la lúgubre heredad,
 me dijo y comprendí: Somos hermanos
una son la Belleza y la Verdad.

 Y así, bajo la noche, tras la piedra,
dialogó nuestra diáfana hermandad
hasta que el rostro nos cubrió la yedra
y los nombres borró la eternidad.

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