Casi todo los periódicos relatan hoy, entre muchas otras malas, malísimas, pésimas y horrorosas noticias, tres casos que, en uno de los medio de papel que ojeo, vienen una seguida de otra, en un cresciendo de barbaridades.
Ningún ser vivo es capaz de cometer atrocidades tan horribles como el ser humano.
Decir que algo es inhumano, para describir un hecho tremendamente horroroso, no es una afirmación correcta.
Todo lo más terrible, y superando lo concebible en cuanto a brutalidad, puede y es fruto de la acción del hombre, el hombre es capaz de todo.
Las tres noticias, en orden son:
1: El asesinato de Marta del Castillo, con todo lujo de detalle sobre cuchillo, violaciones y estrangulamiento. No quiero ni imaginar lo que están pasando sus padres frente a esta constante e inútil exhibición de datos.
2. El caso del monstruo de Amstetten. Con la película de 11 horas de relato de la pobre hija violada, esclavizada, y de sus hijos... 24 años en 11 horas, parecería poco, pero 11 horas relatando lo que ha sufrido... inimaginable.
3. Siguiendo el orden del periódico, la página siguiente habla de las declaraciones de ese señor vestido de blanco, que se apellida Ratzinger y que no puedo entender como la justicia internacional no apresa por fomentar una hecatombe, un genocidio, para usar una palabra tan de moda.
Los primeros dos casos son un testimonio terrible de hasta donde puede llegar un humano, pero no dejan de ser un hecho circunscrito y privado, limitado.
Mucho más grave el tercero.
Cuanto bien podría hacer ese señor vestido de blanco, visto su poder de convocatoria, en aprovechar para sacar del cáliz o de donde prefiera, otra cosita redonda, dentro de una bolsita hermética, y la ofreciera a cada fiel, un signo de amor hacia el prójimo y hacia uno mismo...
pero ya sabemos, de lo que puede ser capaz el ser humano...
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