miércoles, 11 de abril de 2012

no nos merecemos el cielo

Lo que algunos seres humanos producen es la gloria de la existencia. El Arte: escritos, notas, plástica... junto con la naturaleza verde representan el producto terrícola que sí, merece la pena.
A menudo, en el arte, mejor sin conocer su autor.
El amor: ese momento especial y mágico en el que el esfuerzo para ensalzar positivamente las diferencias se hace natural, instintivo, eficaz, y el amor hacia tus hijos, que es la pureza, son el contenedor de aquello, la belleza que disfrutamos gracias y a través de nuestros sentidos.
Todo, o casi todo lo demás es miseria.
En estos tiempos de pobreza material, la riqueza espiritual se hace difícil de enfocar. Existe, como siempre ha existido. Aunque es un producto al fin y al cabo elitista.
No nos merecemos el cielo, no. Por que no sabemos encontrarlo en la Tierra.

RP

Después de la lectura de:

María Luisa Bombal, La última niebla (fragmento)
 "Noche a noche oigo a lo lejos pasar todos los trenes. Veo en seguida el amanecer infiltrar, lentamente, en el cuarto, una luz sucia y triste. Oigo a las campanas del pueblo dar todas las horas, llamar a todas las misas, desde la misa de seis, adonde corren mi suegra y dos criadas viejas. Oigo el aliento acompasado de Daniel y su difícil despertar. Cuando él se incorpora en el lecho, cierro los ojos y finjo dormir. Durante el día no lloro. No puedo llorar. Escalofríos me empuñan de golpe, a cada segundo, para traspasarme de pies a cabeza con la rapidez de un relámpago. Tengo la sensación de vivir estremecida. [...]

 en Lectores en la Red

escuchando:

Ludovico Einaudi – Einaudi: Lady Labyrinth

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