...un momento de apnea. Se para unos segundos la capacidad de respirar. Tengo que pensar en algo, y se ilumina en la gran pantalla detrás de los ojos cerrados una inmensa extensión de arena.
Nada que ver con lo que se le supone al desierto: ¿aridez? no, todo lo contrario.
Era pasión y fuego, calor, libertad, era un espacio sin límite, un espacio de amor, un lugar sin constricciones, ni obligaciones, era lo que sueño.
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