En la zona más alta de los estante hay un par de espacios vacíos. Desde hace meses. Para llenarlos habría que coger una silla o una escalera.
Son el emblema de la rendición. El recuerdo permanente de un estado, que si a veces las cosas no salen es porque nos falta la energía para que sea lo contrario.
En los estantes más a mano se abarrota en doble o triple fila, todo tipo de objeto.
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