La Asamblea francesa rechaza la ley antipiratería que permitía dejar sin Internet a los usuarios >>>>
Puede una persona que compra libros, que compra música, que paga para ver películas, que está en contra de la piratería, que defiende el derecho de todo autor a poder vivir de su trabajo, alegrarse de las reiteradas declaraciones en contra de la necesidad de que el acceso a Internet sea rápido, barato, universal¿?
No puede. No puedo.
Es más, cada vez que escucho ciertas declaraciones reduzco conscientemente mis gastos en productos culturales, una reacción alérgica a la estupidez de aquellos.
Pago las obras que me enriquecen, pero considero un insulto, un inmerecido juicio y una intromisión inaceptable en mi vida (además de un grave error de perspectiva) que el autor que leo, que escucho, que veo, y que pago para ver, leer y escuchar se arrogue el derecho de pelear para quitarme a mi el derecho a disfrutar de una conexión a internet rápida, barata y universal.
Esta semana pensaba ir al cine varias veces.
No iré, utilizaré el tiempo de otra forma, a lo mejor volviendo a ver una peli que ya he pagado o escuchando música que también he pagado. En los dos casos nada barata.
Me quedaré esperando, antes de volver al cine, a que la nueva ministra rectifique y de verdad escuche la voz de aquellos que saben que esta pantallita es la puerta abierta a la posibilidad de ganarse la vida con su trabajo, no para 4 gatos, si no para miles y miles de autores...
Rectificar es de sabios.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo, amigo Rob.
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